Ayer 8 de Octubre a la noche se murió mi perro LOBO, últimamente había estado bastante mal, pero igual seguía con su espíritu juguetón. Cuando llegué, me estaba esperando como todas las noches, como todas las noches lo saludé, lo acaricié y él, como todas las noches me devolvió el saludo con un movimiento de su cola, últimamente no la movía mucho, porque andaba con muchos dolores óseos, pero igual la movió.
Como llovía le giré la cucha para que no se mojara y le dije que se metiera adentro porque estaba lloviendo y se iba a mojar. Él me miró y se acercó a mi, lo volví a acariciar y entré a casa.
Al rato salí a poner a lavar unas cosas en el lavarropas y el estaba parado en el garage, mirando hacia la calle, dejé funcionando el lavarropas y entré a casa para prepararme la cena. Cené y cuando el lavarropas me avisó que había terminado con el lavado, salí a buscar la ropa para tenderla adentro. Al salir lo veo a LOBO acostado en su cucha asomando la mitad del cuerpo, con las dos patas delanteras apoyadas en el piso y la cabeza apoyada de costado, parecía que estaba durmiendo, pero me llamó la atención que no reaccionará al abrir la puerta de casa, me acerqué, lo llamé, lo acaricié y me di cuenta que ya no respiraba más.
Una gran tristeza me llenó todo el corazón, pero al mismo tiempo, una gran tranquilidad fue inundando mi alma, porque, la cara de tranquilo y sin sufrimiento que tenia LOBO ahí acostado, hacia un tiempo que no se la veía, por los dolores que tenía.
Te voy a extrañar muchisimo, amigo mio.
Muchas gracias por compartir tu vida conmigo.