domingo, noviembre 07, 2004

LOS MOTIVOS DEL COYOTE

Una de las más populares series de dibujos animados o cómics, es "El correcaminos" producida por la Warner Brothers desde 1949. Esta serie tiene una particularidad, es absolutamente económica en recursos, transcurre siempre en el mismo escenario, un desierto con una eterna carretera que lo atraviesa, no tiene diálogos ya que su protagonista apenas emite un sonido parecido a la corneta de una motocicleta "bip-bip", (si no fuera por la intervención esporádica del locutor sería muda), apenas cuenta con dos personajes y el argumento invariablemente es el mismo: los intentos fallidos por parte del co-protagonista (Carnivorous Vulgaris) por cazar al correcaminos (Accellerattius Incredibilis).

Sin embargo, es uno de los programas más vistos en el género de los dibujos animados, ¿cuál es su encanto? Pienso que todo se debe a la presencia del segundo personaje en discordia, un escuálido y truculento canino, el Coyote. No creo que haya una caracterización más paciente, abnegada y aporreada en la historia del cómic, que este flaco y desgarbado Coyote, un ser que tiene una sola razón para vivir, atrapar y almorzarse al rápido y desenvuelto correcaminos.

Ignoro si a otros seguidores de la historia, les acontece lo que a mí, que terminé siendo un fiel admirador del aparente villano del cuento, quien luego de ensayar trucos, emboscadas y trampas, termina estrellado, golpeado y herido severamente por caídas y explosiones. Sin duda la tenacidad y constancia del Coyote no tiene par, pero todavía no recibe su ansiado premio. El Correcaminos por su velocidad y simpleza no pasa de ser un pretexto en la puesta en escena, la verdadera estrella con su gama de interpretaciones (desde el malvado conspirador hasta el payaso trágico), es el Coyote. Su caracterización muda en palabras pero rica en expresiones faciales le valdría un premio al mejor actor, pero nadie se lo reconoce, su destino es terminar siendo la maltrecha víctima de sus complejas maquinaciones.

Pobre Coyote, termina uno suspirando, ojalá algún día pueda por lo menos darle un buen susto al cínico Correcaminos, no digo que se lo coma (porque ahí terminaría la historia), pero si por lo menos borrarle por un momento su triunfante expresión.

Sin embargo, hay una pregunta irresoluta, una especie de duda eterna que algunos espectadores se formulan frecuentemente. ¿Por qué si el Coyote puede darse el lujo de costearse los más intrincados artefactos marca ACME, que le llegan por correo certificado, no puede ir un día al restaurante más cercano y pagarse un buen churrasco o por lo menos un crocante pollo frito?. Creo imaginar que puede tratarse de un solitario millonario del desierto, muy parecido a cierto terrible personaje de la vida real, que le gusta gastarse su dinero en armas y dinamita, convirtiéndose él mismo en su principal víctima.

Pero sin entrar a juzgar las razones de los hombres ni resolver en este espacio problemas socio-políticos, en el caso del Coyote, hay un motivo que trasciende la posibilidad de degustar un pernil del Correcaminos, pienso que este patético personaje sabe a la perfección que con cada porrazo sufrido, nos dibuja una sonrisa. Por ello, en agradecimiento seguiremos combinando carcajadas con suspiros nostálgicos, con los nuevos golpes que reciba este viejo Coyote.

Gracias Dixon Moya, Bogotá.

SOMOS JODIDOS

Repasando mi memoria (y sin ayuda), quiero reflexionar un poco sobre algunos hechos y actitudes cotidianos, esos de todos los días, que me llaman la atención.

Y me llaman la atención porque me parece que están mostrando una falta general de educación, de solidaridad, de conciencia y de tolerancia, de la que no me excluyo.

Veamos:

· Reclamos de colectiveros

Una empresa de colectivos cerró y, como protesta, los conductores (que se quedaban sin su fuente de trabajo) pasearon los colectivos por la Plaza de Mayo. ¿Qué tiene eso de extraño?

Que dije “por la Plaza de Mayo” y no “alrededor de la Plaza de Mayo”.

Desde ya que acepto totalmente la protesta en defensa de la fuente laboral, pero me parece un verdadero despropósito hacer desfilar a los ómnibus por sobre la Plaza de Mayo.

¿En qué otro lugar del mundo puede ocurrir algo igual?

· Carriles para colectivos

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires quiere ampliar los carriles de circulación exclusiva para colectivos (digamos de paso que los que hay no se respetan mucho), y entonces los conductores de taxis se oponen frenéticamente porque dicen sentir amenazada su fuente de trabajo, por tener que circular por el carril izquierdo.

¡Por favor!

Es cierto que la costumbre en Buenos Aires es subir por el lado derecho de los autos, así como en otras ciudades el pasajero sube en el asiento delantero de los taxis. Pero la costumbre de un sector no debe tener mayor peso que el interés general, como es en este caso un intento de reordenamiento del tránsito.


· Camioneros y Fleteros

Un grupo de camioneros y fleteros se niega a realizarse una revisación médica para obtener la habilitación laboral, alegando entre otras cosas, discriminación. Y cortan puentes y accesos a Buenos Aires para que se derogue esa normativa.

Está bien. No hagamos revisaciones médicas y que trabajen todos.

O sea, dejemos que un trabajador que tenga un problema cardíaco conduzca un camión de varias toneladas, se muera (literalmente) al volante y, eventualmente, provoque una tragedia.

¿Y la salud del “compañero” trabajador?

Bien, gracias.


· Multas fotográficas

Desde hace un tiempo, se implementó un control de tránsito que incluye un sistema fotográfico para demostrar que, por ejemplo, un auto está mal estacionado o cruzó una bocacalle con el semáforo en rojo. Se llegó a plantear la inconstitucionalidad de la norma (¡Qué pobre debe ser nuestra Constitución Nacional si se ocupa de los problemas de tránsito!)

Para evitar el castigo por esa contravención, empezó a circular el rumor que, poniendo un CD cerca de la patente el reflejo evitaba que saliera la foto. Un funcionario dijo que iban a salir lindas las fotos con el CD colgando.

Y entonces, la viveza criolla inventó algo más fácil: tapar la patente trasera del auto o disimular (o directamente adulterar) uno o varios números.

O sea: para evitar ser castigado por una contravención, se comete un delito.

No entiendo.


· Cinturón de seguridad

Hace muchos años que es obligación llevar colocado el cinturón de seguridad y creo que nadie que esté en su sano juicio puede dudar de su utilidad. Sin embargo, ante la campaña del gobierno para hacer cumplir la norma se han escuchado todo tipo de argumentos (desde rebuscados a ridículos) para tratar de justificar la negativa a cumplirla.

“Tengo derecho a morirme como yo quiera”, dijo uno en un noticiero de TV. (Está bien, morite como quieras, pero cumplí la ley)

Un taxista dijo que, si lo asaltaban y él estaba con el cinturón puesto, éste podía ser utilizado por el asaltante para ahorcarlo. (Claro, porque si no tiene el cinturón colocado seguramente reducirá al delincuente cuál súper héroe de historieta)

¡Por favor!


· Carriles para bicicletas

Se implementaron carriles preferenciales para bicicletas en algunas calles y avenidas.

Escuché a taxistas quejándose porque a las bicicletas les dieron el carril izquierdo (¿cómo? ¿los taxistas no querían el carril derecho?). Y los vivos de siempre, cuando no circulan a alta velocidad por esos carriles aprovechando que están más libres, los usan para estacionar.

¿Y los ciclistas?

Circulan sin casco, de contramano, sin luces y por la vereda.


· Motoqueros y motociclistas en general

Se quejan de no tener cobertura legal para su actividad.

Pero andan sin patente, sin casco, con escape libre, de contramano, sin carnet de conductor, por la vereda.

¿Y si prueban cumpliendo las leyes que ya existen?


· Y los peatones, ¿qué tal?

¡Bárbaros! No usamos el cinturón de seguridad, cruzamos la calle por cualquier lado, fumamos en los trenes, taxis y lugares no habilitados en general.

Una joyita.

Y dos temas que no son cotidianos ni menores, pero que también quiero mencionar:


· Castells y su huelga de hambre

El “piquetero” Raúl Castells se pasó varios meses entrando y saliendo a sus anchas de lugares públicos y privados, tratando de lograr ser detenido (para autoproclamarse “preso político”), hasta que por fin lo logró.

Y entonces inició una larga huelga de hambre reclamando por su libertad. Luego de una mediación que evitó males mayores, se le otorgó la libertad (aunque sigue procesado) y él levantó su huelga de hambre.

¡Y agradeció a Menem, a López Murphy y a Patricia Bullrich por el apoyo recibido durante su huelga de hambre!

¡Y lo dijo en serio!

¿No se acordó que los piquetes que él mismo encabezó son producto de las políticas de Menem?

¿Nunca escuchó las opiniones de López Murphy sobre lo que habría que hacer con los piqueteros?

Sin palabras.

· Educación sexual en las escuelas

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires comenzó a tratar la posibilidad de implantar la obligatoriedad de la Educación Sexual en las escuelas. Y por supuesto, aparecieron todos los carcamanes de siempre, oponiéndose.

Pero entendamos bien: no se están oponiendo a un determinado plan de educación sexual que afecta sus convicciones, se están oponiendo a la Educación Sexual.

Dejemos todo así, total los chicos aprenden solos.

¿Embarazos adolescentes, enfermedades de transmisión sexual?

Los chicos no deben hablar de eso.

No se habla. No existen.

En las sociedades que son tan admiradas por estos lados (la norteamericana, la inglesa, la europea en general) a nadie se le ocurriría siquiera pensar en no usar los cinturones de seguridad.

En las ciudades norteamericanas, después de una nevada, todo el mundo sale a remover la nieve de su vereda. ¿Son buenos ciudadanos?

Seguramente sí, pero además si no lo hacen reciben una multa como para que la próxima vez no se olviden.

Acá sería “inconstitucional” y/o “discriminatorio”.

Lo dicho ...

Somos jodidos.

Gracias Enrique Medina