domingo, noviembre 07, 2004

SOMOS JODIDOS

Repasando mi memoria (y sin ayuda), quiero reflexionar un poco sobre algunos hechos y actitudes cotidianos, esos de todos los días, que me llaman la atención.

Y me llaman la atención porque me parece que están mostrando una falta general de educación, de solidaridad, de conciencia y de tolerancia, de la que no me excluyo.

Veamos:

· Reclamos de colectiveros

Una empresa de colectivos cerró y, como protesta, los conductores (que se quedaban sin su fuente de trabajo) pasearon los colectivos por la Plaza de Mayo. ¿Qué tiene eso de extraño?

Que dije “por la Plaza de Mayo” y no “alrededor de la Plaza de Mayo”.

Desde ya que acepto totalmente la protesta en defensa de la fuente laboral, pero me parece un verdadero despropósito hacer desfilar a los ómnibus por sobre la Plaza de Mayo.

¿En qué otro lugar del mundo puede ocurrir algo igual?

· Carriles para colectivos

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires quiere ampliar los carriles de circulación exclusiva para colectivos (digamos de paso que los que hay no se respetan mucho), y entonces los conductores de taxis se oponen frenéticamente porque dicen sentir amenazada su fuente de trabajo, por tener que circular por el carril izquierdo.

¡Por favor!

Es cierto que la costumbre en Buenos Aires es subir por el lado derecho de los autos, así como en otras ciudades el pasajero sube en el asiento delantero de los taxis. Pero la costumbre de un sector no debe tener mayor peso que el interés general, como es en este caso un intento de reordenamiento del tránsito.


· Camioneros y Fleteros

Un grupo de camioneros y fleteros se niega a realizarse una revisación médica para obtener la habilitación laboral, alegando entre otras cosas, discriminación. Y cortan puentes y accesos a Buenos Aires para que se derogue esa normativa.

Está bien. No hagamos revisaciones médicas y que trabajen todos.

O sea, dejemos que un trabajador que tenga un problema cardíaco conduzca un camión de varias toneladas, se muera (literalmente) al volante y, eventualmente, provoque una tragedia.

¿Y la salud del “compañero” trabajador?

Bien, gracias.


· Multas fotográficas

Desde hace un tiempo, se implementó un control de tránsito que incluye un sistema fotográfico para demostrar que, por ejemplo, un auto está mal estacionado o cruzó una bocacalle con el semáforo en rojo. Se llegó a plantear la inconstitucionalidad de la norma (¡Qué pobre debe ser nuestra Constitución Nacional si se ocupa de los problemas de tránsito!)

Para evitar el castigo por esa contravención, empezó a circular el rumor que, poniendo un CD cerca de la patente el reflejo evitaba que saliera la foto. Un funcionario dijo que iban a salir lindas las fotos con el CD colgando.

Y entonces, la viveza criolla inventó algo más fácil: tapar la patente trasera del auto o disimular (o directamente adulterar) uno o varios números.

O sea: para evitar ser castigado por una contravención, se comete un delito.

No entiendo.


· Cinturón de seguridad

Hace muchos años que es obligación llevar colocado el cinturón de seguridad y creo que nadie que esté en su sano juicio puede dudar de su utilidad. Sin embargo, ante la campaña del gobierno para hacer cumplir la norma se han escuchado todo tipo de argumentos (desde rebuscados a ridículos) para tratar de justificar la negativa a cumplirla.

“Tengo derecho a morirme como yo quiera”, dijo uno en un noticiero de TV. (Está bien, morite como quieras, pero cumplí la ley)

Un taxista dijo que, si lo asaltaban y él estaba con el cinturón puesto, éste podía ser utilizado por el asaltante para ahorcarlo. (Claro, porque si no tiene el cinturón colocado seguramente reducirá al delincuente cuál súper héroe de historieta)

¡Por favor!


· Carriles para bicicletas

Se implementaron carriles preferenciales para bicicletas en algunas calles y avenidas.

Escuché a taxistas quejándose porque a las bicicletas les dieron el carril izquierdo (¿cómo? ¿los taxistas no querían el carril derecho?). Y los vivos de siempre, cuando no circulan a alta velocidad por esos carriles aprovechando que están más libres, los usan para estacionar.

¿Y los ciclistas?

Circulan sin casco, de contramano, sin luces y por la vereda.


· Motoqueros y motociclistas en general

Se quejan de no tener cobertura legal para su actividad.

Pero andan sin patente, sin casco, con escape libre, de contramano, sin carnet de conductor, por la vereda.

¿Y si prueban cumpliendo las leyes que ya existen?


· Y los peatones, ¿qué tal?

¡Bárbaros! No usamos el cinturón de seguridad, cruzamos la calle por cualquier lado, fumamos en los trenes, taxis y lugares no habilitados en general.

Una joyita.

Y dos temas que no son cotidianos ni menores, pero que también quiero mencionar:


· Castells y su huelga de hambre

El “piquetero” Raúl Castells se pasó varios meses entrando y saliendo a sus anchas de lugares públicos y privados, tratando de lograr ser detenido (para autoproclamarse “preso político”), hasta que por fin lo logró.

Y entonces inició una larga huelga de hambre reclamando por su libertad. Luego de una mediación que evitó males mayores, se le otorgó la libertad (aunque sigue procesado) y él levantó su huelga de hambre.

¡Y agradeció a Menem, a López Murphy y a Patricia Bullrich por el apoyo recibido durante su huelga de hambre!

¡Y lo dijo en serio!

¿No se acordó que los piquetes que él mismo encabezó son producto de las políticas de Menem?

¿Nunca escuchó las opiniones de López Murphy sobre lo que habría que hacer con los piqueteros?

Sin palabras.

· Educación sexual en las escuelas

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires comenzó a tratar la posibilidad de implantar la obligatoriedad de la Educación Sexual en las escuelas. Y por supuesto, aparecieron todos los carcamanes de siempre, oponiéndose.

Pero entendamos bien: no se están oponiendo a un determinado plan de educación sexual que afecta sus convicciones, se están oponiendo a la Educación Sexual.

Dejemos todo así, total los chicos aprenden solos.

¿Embarazos adolescentes, enfermedades de transmisión sexual?

Los chicos no deben hablar de eso.

No se habla. No existen.

En las sociedades que son tan admiradas por estos lados (la norteamericana, la inglesa, la europea en general) a nadie se le ocurriría siquiera pensar en no usar los cinturones de seguridad.

En las ciudades norteamericanas, después de una nevada, todo el mundo sale a remover la nieve de su vereda. ¿Son buenos ciudadanos?

Seguramente sí, pero además si no lo hacen reciben una multa como para que la próxima vez no se olviden.

Acá sería “inconstitucional” y/o “discriminatorio”.

Lo dicho ...

Somos jodidos.

Gracias Enrique Medina

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